El pasado y el futuro del PSOE

Ahora resulta que las voces oficiales y oficialistas del PSOE no quieren un PSOE del pasado, quieren un PSOE del futuro. Hay que ver, hay que oír para creer. Porque resulta que el Partido Socialista Obrero Español fue fundado en el pasado por Pablo Iglesias Posse. Tan en el pasado que fue allá por el 1879, o sea, poco menos de siglo y medio atrás. ¿Nada que ver con el momento actual?

Pablo Iglesias Posse fundó el PSOE impelido por una infancia y una juventud de miseria que, en lugar de marcarle con las cicatrices del resentimiento, colmó su alma de empatía, de intensa compasión por los que sufrían como él. Era la época en que la mayoría de los hombres, machos y hembras, trabajaban hasta la extenuación, sin horarios laborales regulados, por unos salarios que les garantizaban la pobreza de por vida. ¿Algo que ver con el momento actual?

Inspirado en la filosofía marxista -no comunista como la que impusiera Lenin en la Unión Soviética- Pablo Iglesias luchó, con riesgo de su libertad y de su vida, por los derechos de los más pobres, de los trabajadores. Luchó primero en la asociación de tipógrafos y luego en el partido fundado por él mismo y otros compañeros. Luchó desde las páginas de El Socialista, periódico fundado por él mismo también que hasta hace poco fue el eco escrito de sus valores. Luchó desde la Unión General de Trabajadores de la cual también fue fundador. Esta vida de lucha fue su pasión, su única pasión, porque su auténtica pasión fue siempre el prójimo que sufría, que sufría entonces las consecuencias de una política entendida como gestión para proteger los privilegios de unos cuantos a costa del trabajo de los más. ¿Tiene algo que ver con el momento actual?

Dicen las voces públicas de un PSOE oficial que del original solo tiene el nombre, que no quieren un PSOE del pasado, es decir, que no quieren el PSOE que concibió Pablo Iglesias para dar voz a los trabajadores. Entonces, ¿qué quieren?

En diciembre de 2015 esas voces se lanzaron contra el candidato de su partido, elegido por la militancia, poniendo en duda, públicamente, su idoneidad. ¿Por qué? ¿Porque Pedro Sánchez representaba ese pasado que a los cargos con sueldos importantes ya no les convenía revivir?

La transición permitió gobernar al PSOE durante muchos años. Quienes ocuparon cargos públicos durante todo ese tiempo se retiraron de la política con pensiones a las que ningún asalariado podría aspirar; con cargos en la empresa privada dotados de sueldos y beneficios que en la situación actual de la mayoría resultan obscenos; con un prestigio que les permitió introducirse en el circuito de conferencias cotizándose con el caché de artistas y deportistas famosos.  Este ingreso de ex políticos del PSOE en la esfera de los privilegiados tuvo y tiene un precio evidente; su renuncia al PSOE del pasado, al partido fundado para acabar con la desigualdad instituyendo una sociedad justa y solidaria. Pero lo cierto es que en vez de renunciar al partido, esos a los que los votantes del PSOE elevaron a altos cargos proporcionándoles pingües beneficios, lo que pretenden es modificar los principios, los valores, los objetivos por los que Pablo Iglesias Posse fundó el Partido Socialista Obrero Español. ¿Por qué? ¿Porque la precariedad laboral, la falta de derechos de los trabajadores, la pobreza rampante, la indecente desigualdad son fenómenos que pertenecen a la época de la fundación del partido, fenómenos superados que nada tienen que ver con el momento actual?

No quieren un PSOE del pasado, dicen las voces oficiales y oficialistas. Quieren un PSOE del futuro. ¿Qué futuro? El pánico causado por la crisis e inoculado en la mayoría por la propaganda de la derecha ha conseguido que cada cual se refugie dentro de las valvas de su egoísmo y vote por los partidos que, en vez de justicia social, prometen la supervivencia individual; es decir, millones de empleos que, aunque causen incertidumbre y pobreza vitalicia, garantizan, al menos, un modo de sobrevivir. La socialdemocracia, o bien cayó en el descrédito de lo que ahora se llama buenismo, o presa del pánico también, se alió a los partidos de derechas para no perder todos sus réditos. Hoy, desde el gigante americano a los países más pequeños de Europa, exhiben gobiernos neoliberales o encuestas que pronostican el triunfo de los partidos de derecha y ultraderecha en próximas elecciones. La mayoría se rinde ante los que prometen creación de riqueza sin querer darse cuenta de que esa riqueza sólo llegará a los contados bolsillos de los privilegiados de siempre. Según esas encuestas, el mundo del futuro inmediato será neoliberal; es decir, conservador; o sea, conservador y garante de los privilegios de la minoría adinerada. ¿Es ese el futuro que dicen querer los que dicen que quieren que el PSOE no sea el PSOE del pasado sino el PSOE del futuro? ¿Un partido nominalmente socialdemócrata que sirva de comodín a la derecha para poder gobernar contando con que la derecha les devuelva el favor si, por hartazgo del personal, un día consiguen unos cuantos votos más que les permita reclamar el gobierno?

Ese es el panorama que nos ofrecen quienes se están desmelenando por convencer a los militantes del PSOE que ellos son el futuro de un partido a cuyo pasado hay que renunciar. ¿Pero qué pasa con el presente? ¿Es que la voces oficiales y oficialistas no se dan cuenta o no quieren que el personal se dé cuenta de que la vida se vive aquí y ahora?

Aquí y ahora, hay  un hombre que exige volver a los principios y valores del PSOE del pasado; un hombre que se niega a que la socialdemocracia se convierta en instrumento del neoliberalismo para que el neoliberalismo siga gobernando y se afiance como única alternativa posible en el futuro. Aquí y ahora hay unos militantes, simpatizantes y votantes socialistas que se niegan a renunciar al socialismo desnudo, sin maquillaje, sin disfraz; al socialismo que Pablo Iglesias Posse introdujo en el panorama político de la España del diecinueve para exigir igualdad, justicia, solidaridad.

Nunca como ahora estuvo la sociedad española tan necesitada de aquel Partido Socialista Obrero Español que nació para dar voz a los asalariados, a los desposeídos. Esa voz hoy quiere darla un candidato a la Secretaría General del PSOE que aquí y ahora pretende que el partido sea una auténtica alternativa a la derecha corrupta e inhumana que la mayoría estamos sufriendo. Por eso, porque la mayoría vivimos lo que cada día nos depara sin tiempo ni ganas de mirar más allá, cada vez son más lo militantes y simpatizantes que esperan de Pedro Sánchez la resurrección del PSOE del pasado que nos ofrezca un instrumento para luchar por nuestra libertad y nuestros derechos en este presente y garantizar a nuestros hijos y nuestros nietos un futuro en el que la dignidad propia y la de los demás esté por encima de toda ambición de dinero y de poder.

4 comentarios sobre “El pasado y el futuro del PSOE

  1. Así es un partido socialista sin cadenas mirando las necesidades de la gente escuchando a las personas y no a los sillones y de izquierdas muy rojos para sentir nuestro orgullo socialista

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  2. Todo en mi limitada opinión, no es más que el intentar ofrecer algo que les mantenga o les haga despuntar alimentando sus ambiciones, que normalmente, tienen poco que ver con el verdadero sentido del partido.

    El Psoe, no es algo que haya que sustituir de vez en cuando. El Partido Socialista que creó Pablo Iglesias, es un ente vivo, que evoluciona según evoluciona la sociedad. Podríamos compararlo con un edificio, donde vamos añadiendo unos elementos, reparando otro y eliminando lo que ya no nos sirve.
    Si tuviese que definirlo de forma naif osea, infantil:: el Psoe, debe hacer todo lo posible por eliminar lo malo y cambiarlo por lo bueno.

    En cada época, hay nuevas necesidades, nuevas demandas de la sociedad a las que siempre que sean justas, debemos atender y otras que se mantienen aún de cuándo Pablo Iglesias fundó el partido.
    No hay que derribar el edificio y hacer otro nuevo, simplemente hay que ir adaptándolo. Lo que si hay que eliminar, es a los que solo buscan un sillón para su propio culo, que los hay y muchos.

    La ideología del Psoe, es muy simple aunque muy difícil de llevar a cabo. Luchar por eliminar injusticias, ayudar a los débiles contra los fuertes, luchar a muerte por las injustas diferencias sociales y económicas…e ir de forma, cuasi diría que automáticamente, apuntándonos a las nuevas luchas que ya existían o que van surgiendo. La mayoría ya estaban ahí, pero cada tiempo tiene sus luchas.
    Si surgen problemas con el racismo, homofobia, transfobia, machismo, maltrato de género, problemas educacionales…. pues simplemente hay que unirse a esas nuevas luchas. No hay que cambiar el partido, solo añadir funciones, tal como se vayan presentando los nuevos problemas o viejos pero que ha llegado el tiempo de abordarlas.

    La mayor reforma, que a mi entender, necesita el partido, es eliminar «humedades». Como humedades me refiero a lo que nada bueno, pueden aportar al edificio. Últimamente, parece que haya habido inundación y estas humedades, que podríamos llamarlas podredumbres, han proliferado de forma peligrosa para el edificio. Ello, nos hace distraer una enorme parte de nuestro tiempo y trabajo, de esas otras que son las verdaderamente necesarias y urgentes.
    Humedades o podredumbres que son todos estos «colocados», que temen perder su sillón y su buen sueldo, que es para lo que realmente están en el partido: los llamados barones, la cúpula, la gestora… etc.

    Porque no seamos ilusos, muchos que defienden la actual situación del Psoe, solo están defendiendo su cargo. Saben que, por lógica, si mandase alguien distinto a ese cáncer que hay ahora y que llamamos gestora, dictadores golpistas o su candidata Susana, podrían (y creo que sería un error no echarlos) perder, lo que más les duele: sus ingresos. Hay que tener en cuenta, que muchos de ellos, no tendrían puerta giratoria que los librase de su mediocridad o su inutilidad para hacer otra cosa, ya que toda la vida han mamado de la teta del partido. Los hay que están desde los 15 años (se vanaglorian de ello y por eso lo sabemos) y no han trabajado en nada nunca a lo que agarrarse. Es pura subsistencia. Lo demuestran muchas veces, cuándo en cualquier reunión, congreso, comité, acto… dicen blanco y después en privado, te dicen negro.

    Ya me he extendido demasiado. Solo repetir que el Psoe solo debe ser lo que creó Pablo Iglesias con las evoluciones lógicas de los cambios sociales, económicos, legales… inherentes a los nuevos problemas que, continuamente van surgiendo y darte de nuevo las gracias por estos artículos, María

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  3. María traslada al papel la situación real por la que pasa el Psoe y en el partido que le quieren convertir, más bien, asentar el modelo que han ido creando año tras año. Del partido que fundó Pablo Iglesias Posse solo queda el nombre y los militantes con cargos y sin cargos que están en contra del aparato y no estamos dispuestos a consentirlo. El Psoe del futuro que quiere la élite no entra dentro de las siglas. Felipe paulatinamente fue girando en las políticas económicas hacia el centroderecha, el partido lleva años de caída libre imparable. No han cambiado en su modelo de gestión, ni de participación, porque cuando no les interesa el candidato votado se lo cargan, el discurso sigue siendo el mismo sin ajustarse en los hechos. Durante todos estos años se han creado las familias, las baronías, las corrientes que solo buscan perpetuarse y mantener el poder, para ello se han acercado al poder fáctico a costa de la ilusión de los valores de los socialistas. Se llevaba tiempo pidiendo una refundación pero los barones y demás dirigentes lo abortaron porque significaría perder sus poderes dentro del partido y lo que conlleva en lo público. El partido estaba herido, tocado pero los últimos sucesos, el golpe de mano, dar el gobierno al PP lo han dejado herido de muerte pero a la vez ha originado un movimiento que trasplantará los ideales de Pablo Iglesias Posse. Sin política económica de izquierdas no hay políticas sociales y ese es el objetivo de Pedro Sánchez, restablecer las credenciales socialdemócratas del Psoe. Que no se nos olvide que los ciudadanos de izquierda siempre han sido los que han sustentado a nuestro partido.

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